Comenzaré diciendo que éste es uno de los lugares que mas he buscado, sobre todo porque nunca lo vi siquiera en foto, sino que lugareños me habían contado de la Piedra de La India Vieja.

Estuve caminando cerca del área, un sitio conocido como La India Vieja y buscando posibles entradas, uno que otro lugar con dueño y que era prohibido pasar por ahí.

Como dije pues, 3 veces estuve caminando por la zona buscando como subir.

Un viernes y ya con unas buenas coordenadas de por donde subir, un amigo me manda un vídeo de Jackson Grooves subiendo a la Piedra por un sendero horrible, difícil de pasar y el tipo sin machete.

Bueno… pensé, no creo que así sea el camino que he divisado, pero de igual manera me llevaré un machete.

Así fue como el sábado a eso de las 6:00 am, unos amigos quedamos en vernos en donde se toma el bus para Alto Jaramillo, nos fuimos, llegamos a la casa de la mamá de mi amiga Vielka, la casa base de donde saldríamos y ahí regresaríamos también.

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Tuvimos la suerte que un familiar de Vielka iba saliendo para la zona y nos ahorró el caminar los 5 kilómetros, que hay desde el cruce donde termina la calle de asfalto, hasta la entrada del sendero de la Piedra.

Ya en la entrada del sendero agradecimos a nuestro amigo que nos ha dado el bote y empezamos la faena, pasamos por la casa de un amigo indígena que nos siguió dando instrucciones y nos fuimos a subir a la Piedra de La India Vieja.

Me encontraba muy emocionado pues siendo boqueteño y conociendo mucho de Boquete, me embarga la felicidad cada vez que voy a un sitio que no conozco.

Pasamos por un pequeño cerro con un monte bastante bajo, 10, 15, 20 minutos de pura subida, hasta que llegamos a la cima.

Ya en la cima tomamos un break como de unos 15 minutos todo mundo estaba extenuado.

Luego de ese tiempo decidimos continuar pasamos por una cerca en el suelo y de repente empezó la parte surreal, un bosque de bambú como todos decían, aunque aquí en Latinoamérica no hay bambúes, sino que hay cañazas que en definitiva pues son familia.

Lo cierto es que el bosque parecía otra cosa, con el suelo con hojas chocolates, todo húmedo, sombrío, no entraba una pisca de luz solar en ese sitio, el olor a frescura invadía nuestros sentidos.

Luego de unos 10 minutos pasando el bosque de Bambú, salimos a un área bastante soleada, con mucho verdor, plantas con espinas y hormigas, serpenteamos entra ellas apostando y riendo cada vez que alguien se espinaba.

Lamentablemente Stephanie no escuchó la indicación y la pobre iba con un short, si vieran como terminaron sus piernas.

Así pasamos unos 15 minutos cuando ante mis ojos se asoma semejante roca, una roca inmensa rodeada de neblina, imponente, seguimos caminando a paso ligero y luego de un par de paradas de descanso y de tener que casi escalar por unas rocas para subir a otras.

Legamos a La Piedra de la India Vieja, espectacular los que algunos llaman el Machu Pichu boqueteño.

La vista espectacular, la neblina llegaba y cubría todo y al segundo todo despejado que increíble sensación de paz y tranquilidad, uno de los mejores lugares de Boquete a la hora de hacer montañismo puro.

Al regresar bajamos apostando quien caía, todos caímos y moríamos de risa, todos complacidos por haber llegado a la cima y con el beneplácito de haber disfrutado del lugar.

Bajamos con en una nube, que felicidad, hasta que llegamos a la salida del sendero y nos dimos cuenta de que teníamos que caminar los 5 kilómetros hasta la casa base, la sonrisa se convirtió en mueca y empezamos a caminar.

Al rato que nos cae un aguacero y en mi caso en especial que felicidad me causa la lluvia, luego de unos 45 minutos, llegamos a la casa base, la señora nos esperaba con un almuerzo de arroz de frijoles nuevos y pollo guisado con ensalada de tomate y lechuga, vaya manera de terminar un trip.

Esta fue la vez que mas demoré en subir a la piedra en otra ocasión hice la subida en 45 minutos y bajé en 22.

Siempre quiero regresar a la Piedra es un lugar mágico.

Saludos
Raúl Valenzuela

Ranking EL Causeway
Raul Valenzuela
Author: Raul Valenzuela

Soy un explotador de la vida, siempre en busca de una nueva aventura.